jueves, 12 de junio de 2008

HÉROES OBLIGADOS


Francamente es detestable ver la poca solidaridad de muchos inconscientes con la huelga de trasportes. Si bien es cierto que dicha huelga solo propugna por los intereses particulares de quienes la fomentan, también es verdad que, ahogados por el abuso desmedido de los precios de los carburantes, no pueden hacer nada más. Para aquellos que se enfrentan a ellos y les insultan, para aquellos que carecen de algo de materia gris, y para aquellos que se quejan pero nunca actúan, decirles que la huelga que los transportistas hacen debería servirnos como ejemplo para actuar de la misma manera. Porque a la hora de quejarse y protestar por la subida de precios, listos están algunos, pero no tienen ¡¡¡LOS HUEVOS!!! -permítaseme la vulgaridad- de protestar por ello. Vivimos en una sociedad que siente placer por lamentarse de su situación pero que es incapaz de cambiarla. El abuso que se comete con nosotros no es más que responsabilidad nuestra. Lo permitimos, incluso me atrevería a decir que al final hasta lo justificamos. Da igual que suban veinte céntimos que suban dos euros, muchos se rasgaran las vestiduras pero seguirán yendo a repostar como borreguitos mansos, berreando, eso sí. Porque si mañana se les ocurre a un grupo de industriales y políticos cobrarnos el aire que respiramos, seguro que haremos cola para pagarlo.
Es curioso que yo defienda una huelga, me extraña de mí mismo, puesto que siempre las he criticado y en la mayoría de los casos las veo infundadas o politizadas, pero es que la situación actual no amerita nada más. Tendríamos que negarnos todos a salir de casa, no ir a trabajar y sólo repostar si nuestra vida depende de ello. Es instinto de supervivencia…. Vamos a ver cuanto aguantarían los de las multinacionales con cero consumo y cero asistencia a trabajar. No llegaría a una semana la famosa huelga.
Hace un par de meses recibí un mail diciendo que debíamos dejar de repostar en tres grandes distribuidoras de carburantes (creo que eran B.P, Repsol y Shell), la bajada de consumo las precipitaría a bajar los precios. No soy un anarquista, ni mucho menos, pero creo que cuando los estados pierden el dominio de su fuerza ha de ser la nación, los componentes de la misma, quienes la ejerzan.
Estamos a merced de gobiernos despreocupados de la crisis y de las grandes petroleras, de los árabes –porque al poseer las grandes reservas de petróleo son ellos los que fijan los precios (¿ahora se entiende la guerra?)- y desde luego los bancos. Para mí los transportistas son héroes obligados de una realidad miserable. Me quito el sombrero ante ellos y les deseo éxitos en su lucha. No hace falta ser muy inteligente para admirarles, sólo hace falta tener un mínimo de humanidad y corazón.

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